301 palabras, 2 minutos de tiempo de lectura.
Seguro qué te has preguntado cómo se han formado los riscos, han salido de la roca los enormes arcos o cómo se han extendido las coloristas franjas de tierra por los salientes rocosos del desierto. Todos esos accidentes se han producido por la acción de la erosión y la sedimentación eólica.
En las abiertas extensiones de los desiertos, el viento arranca y arrastra las partículas de las rocas por el paisaje árido que actúan casi como papel de lija contra las formaciones rocosas que dominan el terreno y las transforman en las formas que marcan la trayectoria del viento, en un proceso conocido como abrasión.
Con el paso del tiempo, esa erosión gradual produce los yardangs, los increíbles accidentes geográficos que asociamos con el desierto. El tipo de rocas influye mucho en la erosión del viento, las más blandas son erosionadas con facilidad, mientras que las más duras son más resistentes y es probable que den lugar a formaciones suaves y lisas.
El viento talla las rocas blandas y produce efectos mucho más pronunciados, mientras que una mezcla de tipos de roca duros y blandos puede producir formaciones increíbles como los buttes, y los arcos.
El flujo del agua puede modificar el entorno tanto como la erosión del viento
La acción del agua también puede dar forma al paisaje. Las tormentas y los chaparrones producen riadas que son poco frecuentes, se acumula arrastra restos del suelo del desierto. La fuerza y la acción del agua pueden erosionar la roca, a lo que también contribuye la carga de sedimentos que arrastra que corroe la roca a su paso. Debido a las pronunciadas pendientes y a la falta de vegetación, esas riadas avanzan casi sin oposición, tallando cañones y barrancos y puliendo las rocas.
Deja un comentario